En Rivera las Flechas, crecen los árboles de flor de Sicqueté, una especie que despierta el interés de lugareños. Con una altura promedio de tres metros, este árbol encanta con sus flores que son cortadas al atardecer, cuando el sol se oculta.
María Luisa, es una artesana y comerciante local que ha dedicado más de una década a la recolección y elaboración de collares con estas flores. Cada Semana Santa, María Luisa se prepara con collares para vender en el mercado viejo del centro de Tuxtla Gutiérrez, llevando consigo 35 collares de Sicqueté, también una variedad de otros productos como flor de mayo, flor de calabaza, calabacita y mango verde.
La historia de María Luisa con el squete es una de tradición y pasión transmitida de generación en generación. Hace doce años, su suegra le enseñó el arte de cortar la flor de Sicqueté, una actividad que decidió conservar porque, además de proveer recursos económicos, le ofrece una válvula de escape para despejar la mente, distraerse y divertirse.
Según María Luisa, los collares de Sicqueté pueden durar hasta un año si se les proporciona un cuidado adecuado, sumergiéndolos de vez en cuando en agua para revivirlos. Por un precio accesible de 20 pesos cada uno, María Luisa espera reunir 700 pesos en total y regresar a su colonia con una sonrisa en el rostro y el corazón lleno de satisfacción.
María Luisa invita a sumergirse en el encanto de esa flor única, con su aroma especial que solo puede disfrutarse durante la temporada. La historia de María Luisa es un recordatorio de la importancia de preservar las tradiciones y valorar los tesoros naturales que nos rodean.
