El activista Rey García Villagrán denuncia la inacción del Estado Mexicano ante la problemática de la movilidad humana. Según García Villagrán, las autoridades, incluyendo al Instituto Nacional de Migración (INM), la Guardia Nacional (GN), la Fiscalía General de la República (FGR), el Ejército, la Marina y sus servicios de inteligencia, no han abordado esta crisis de manera efectiva.
Una de las principales acusaciones del activista es que el Estado permite o incluso facilita que los migrantes caminen por la peligrosa carretera costera de Chiapas, exponiéndolos así al sufrimiento y a la extorsión por parte del crimen organizado y los cuerpos policiales, especialmente el INM. Además, denuncia la presencia de infiltrados en las «caravanas» migratorias, lo que agrava aún más la situación.
García Villagrán también señala la complicidad del INM en el transporte de ciudadanos cubanos, generando ingresos millonarios para el régimen de Cuba, así como la politización del fenómeno migratorio por parte del régimen de Maduro en Venezuela, lo que ha generado una cultura de migración politizada en la frontera sur de México.
Sin embargo, la acusación más grave del activista recae sobre los infiltrados del INM y la FGR en Chiapas, quienes, según él, dividen a los migrantes y los entregan a los carteles, lucrando con las familias afectadas. García Villagrán también apunta a la existencia de albergues que funcionan como centros de intriga y desestabilización social, como el supuesto albergue ubicado en la carretera a Puerto Madero.
Las acciones de los elementos de migración, según el activista, están acomodadas de la corrupción y el enriquecimiento ilícito. Asimismo resalta que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), la FEMDO y las Dependencias Americanas ya investigan lo que llama una insdustria de trata y tráfico de personas.
