Chiapas

¡Calma Coita, que vamos ganando!

Por los 40 años, hubo una final estatal de basquetbol entre los equipos de Tapachula y Ocozocoautla; cada equipo trajo su porra brava y entusiasta. En la de Coita venía don Jacobo Sol que era un jugador empedernido de billar y seguidor fanático –al estilo holligams- de su equipo, quien desde el camión que los condujo a Tuxtla, empezó con otros, a tomar cerveza, por eso, cuando inició el partido ya estaba bien “bolo”, nada mas vió el inicio antes de quedarse dormido. En una de esas, su compañero lo despertó para que animara al equipo coiteco que iba perdiendo 22 contra 68 tantos del equipo de Tapachula, Don Jacobo, al ver la diferencia de puntos en el tablero, quizas pensó que iba ganando su equipo, porque se paró gritando para que se oyera en todo el auditorio:
-¡Calma Coita, que vamos ganando, cabrones!
Muchos de los asistentes extrañados se voltearon a verlo, extrañados. Los jugadores, también lo vieron enojados queriendo comérselo vivo, pensando que era una burla aquel grito. Sin embargo, don Jacobo después de echarse un buche mas de cerveza, volvió a “cabecear”. Ya de regreso en el camión, los humos del alcohol lo sumieron en un sopor, que cada que alguien lo movía para seguir el relajo de :-¡Calma Coita, que vamos ganando! – él, nada mas movía la cabeza murmurando, para acuñar otra frase:
-¡Calma Coita! ¡Tiempo coime! – grito acostumbrado cuando jugaba carambola, en el billar, pensando tal vez que se encontraba en este lugar.
Lo que don Jacobo, nunca supo, es que ambas frases pasarían a la historia no nada mas para las porras en los encuentros deportivos sino también para la picaresca política y para la cotidiana chiapaneca.
Minihistorias del poder y el pueblo/Alfredo Palacios

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